Reflexiones de una catequista sobre lo que los niños le han ido enseñando.

domingo, mayo 28

Guau que pasada¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡


Si ya sé, que título, pero es que así son mis niños, expontáneos y como cajas de sorpresas.
Nunca sabes que estan rumiando, que hay dentro de sus cabecitas hasta que hablan.
La historia que hoy os quiero contar sucedió hace dos domingos.
Sergio uno de mis niños va hacer la primera comunión la proxima semana.
Así que ese domingo me dedique a repasar algunas ideas importantes sobre lo que significaba hacer la Primera Comunión. Y ahí estaba yo intentando que me escucharan, aunque era inútil porque toda su mayor preocupación era ¿y a que sabe la Sagrada Forma? Supongo que en parte se daban cuenta de lo importante que es la comunión, y para ellos la forma consagrada tenía que saber a algo especial y misterioso. Y cuando les dije que Jesús no sabe a nada, se quedan mirándome con cierta incredulidad, y me dicen, bastante sorprendidos, ¿ a nada de nada? Y la verdad es que oyendoles te gustaría que la Sagrada Forma supiera a algo maravilloso, pero por otro lado ¿a que puede saber el cuerpo de Cristo? Así que les expliqué que lo importante no era que supiera o no supiera sino que lo importante era que ahí estaba Jesús, que ya no era pan, sino que ahora allí esta El. Entonces Miguel Angel se puso muy muy serio y me dijo "entonces cuando comulgamos nos comemos a Jesús y ¿ se queda dentro de nosotros? Yo asentí y él y otros niños, como comprendiendo el milagro que eso sigficaba, dijeron GUAUUUUU QUE PASADA¡¡¡¡, y todos querían hacer la primera comunión en la misa de ese día y no esperar tanto para comulgar. Y me dieron envidia, envidia de querer recibir a Jesús en sus corazones. Y me hicieron pensar que efectivamente la Sagrada Comunión es una pasada. Jesús,Dios, el creador de tantas maravillas entra dentro de nosotros que somos tan poca cosa y todo porque nos ama. Y que poca cuenta me doy de ese milagro que suceda cada vez que se celebra la misa y al que a penas prestamos atención. Y desee no acostumbrarme a comulgar y tener los deseos de mis niños y su capacidad de asombro y decir Guau que pasada.

domingo, mayo 21

¿Por qué reza Jesús si es Dios?

Intentar mantener a un niño quieto, atento y callado en Misa es casi misión imposible. Y si en vez de un niño hablamos de 12 la cosa ya puede ser un verdadero cataclismo. Entonces nos podemos preguntar ¿deben estar niños tan pequeños en la Iglesia o debemos esperar a que crezcan para que vayan a Misa?. Mi respuesta, apoyada en mi experiencia como catequista, es que los niños deben ir de pequeños a Misa aunque alboroten y den algo de guerra; No vaya a ser que nos pase como a los Apóstoles que no dejemos que los niños se acerquen a Jesús, y con ello impidamos que Jesús se acerque a nuestros niños. Pues al final no veran la Iglesia como su casa y no verán que en ella vive Jesús que nos espera. Por eso en mi catequesis, primero se asiste a la clase de catecismo y después se asiste a la misa. Y ¿Cómo conseguir que se esten más o menos callados y más o menos atentos? Yo tengo un pequeño truco, libros. Sí, libros con historias de Jesús y de santos. Libros con letras grandes y dibujos.
A casi todos los niños les gustan los dibujos y a la mayoría les gusta leer. Aunque no es una receta infalible, es inevitable que se distraigan y que dejen un libro y cogan otro, que se peleen por un libro y que hablen, o que te pregunten lo que no entienden o les llama la atención.
La anécdota que hoy quiero contar sucedió un día en plena Misa. Habíamos repartido nuestros libros, y uno de mis niños habia elegido un libro que contaba los últimos días de la vida de Jesús y La Pasión. Yo le veía realmente atento en la lectura, y veía que por los dibujos estaba leyendo cuando Jesús estaba en el huerto de los olivos. Había un dibujo grande de Jesús con el angel. Al cabo de un rato mi niño se me acerca y hablandome casi en un susurro en el oído me pregunta ¿ Por qué reza Jesús si es Dios? Y la verdad me quedé de piedra ante la pregunta. ¿Por qué reza Jesús? Nosotros, los hombres, cuando rezamos solemos hacerlo para pedir ayuda a Dios y lo hacemos repitiendo oraciones vocales sin prestar mucha atención. Padre Nuestros, Ave Marías, Glorias... Oraciones que repetimos como loros, con las que queremos alabar a Dios o pedir cosas. Y claro Jesús no se va alabar a si mismo o pedir cosas a si mismo,entonces ¿ Por qué rezar Jesús? La respuesta es simple, rezar es hablar con Dios. Como decía Juan Pablo II rezar es un diálogo donde hay un Tú y un Yo donde lo más importante es el Tú. Y ese hablar con Dios a veces será por medio de oraciones vocales, pero la mayoría de las veces debería ser un diálogo. Y así le explique a mi niño que Jesús reza a su Padre Dios, porque aunque es Dios está hablando con su Padre, le está contando sus cosas, su preocupación, su miedo ante la muerte en la cruz, le esta pidiendo ayuda, pero sobre todo se esta consolando con El. Y le dije que él también podía rezar, que podía hablar con Jesús y contarle todo lo que le pasaba por que Dios siempre nos escuchaba. Mi niño había descubierto lo más grande que le puede pasar al hombre, que Dios escucha, que podemos hablar con El. Y la cara de sopresa y felicidad de mi niño me dió una gran lección. Me enseñó que si Jesús necesitó hablar con su Padre y era Dios, ¿Yo no necesito también rezar? Y me dí cuenta de las pocas veces que le cuento a Dios mis problemas, de las pocas veces en que mi oración es un diálogo y las más de las veces un mover los labios. Y dí gracias a Dios de que un niño tan pequeño me hiciera redescubrir la grandeza de la oración, la grandeza de un Dios que ama al hombre y le escucha y le habla al corazón.

lunes, mayo 1

Me lo sacas un ratito


La anecdota que da lugar al título de hoy sucedió el primer día de catequeis. La parroquia en la que la doy no tiene una habitación adecuada, por lo que doy catequesis en los bancos de la iglesia. En concreto, en los bancos de delante del Sagrario. Ahí delante de Jesús, porque estoy segura que a Jesús le gusta ver a mis niños así de cerquita. Al fin y al cabo El nos dijo "Dejad que los niños se acerquen a mi" .
Y los niños que todo lo preguntan, y no se conforman con cualquier respuesta, me interrogaron ¿ Por qué nos sentamos en estos bancos? ¿ Por qué nos sentamos delante de esa cajita? ( que es como ellos llaman al Sagrario)
La iglesia es de una sola nave, pero un poco peculiar, nos podríamos haber sentado en cualquier otros sitio, delante de la figura de San José, de la Virgen o del Altar. Pero estabamos sentado en el lateral mas alejado del centro de la iglesia, delante de "la cajita negra".
Y les conté que en esa cajita estaba lo más importante de la iglesia porque allí dentro vivía Jesús y que desde alli nos veía mejor y le hacíamos más compañía. A mi me impresionó que no les resultara extaño que allí estuviera Jesús. Los niños que minutos antes habían cuestionado porque nos sentabamos ahí, les pareció normal que si Jesús vivía allí nos sentaramos cerquita de El y pensé que realmente tenían la gracia del Bautismo, Creían firmemente que Jesús estaba allí. He de decir que la mayoía de mis niños no van a clases de religión y que no sabían ni rezar el Padre Nuestro o el Ave María y sus padres no suelen ni entrar en la iglesia. Por lo que para mi era más soprendente como aceptaron esa realidad de fe sin más explicaciones. Y me dieron envidia, porque cuantas veces yo pasó delante del sagrario y no tengo esa fe. Esa fe que dió lugar a el siguiente diálogo entre dos de las niñas de catequesis, una de ellas había llegado tarde y otra le decía " No sabes lo que te has perdido, ¿Sabes lo que nos ha contado la catequista? que en esa cajita negra vive Jesús" la otra niña la miró muy seria y le dijo, ¿ De verdad, ahí vive Jesús?, que sí, que si que nos lo ha dicho la catequista vete y se lo preguntas.
Entonces Beatriz, que es como se llama la niña que llegó tarde, se me acercó y me pregunto " ¿De verás está ahí Jesús?". Yo le dije que si y ella me miró con esos ojos grandes y curiosos y me hace un gesto para que me acerque más y me dice como en un susurro "Me lo sacas un ratito" y yo, me quedo ahí casí sin palabras.
Sé que Dios está en el sagrario desde hace siglos, Dios se ha quedado encerrado por mi ahí en una cajita y no sale, no lo sacamos un rato. Lo sé pero me falta la fe de mi niña que lo cree con esa inocencia que hace que quiera ver a Jesús aunque sea un ratito. Sacarlo de esa cajita.