Reflexiones de una catequista sobre lo que los niños le han ido enseñando.

sábado, noviembre 11

El misterio de la Eucaristía

Nunca dejo de aprender y superarme con mis niños. La semana pasada estaba explicando a mis niños la importancia de la Eucaristía cuando uno de mis niños me hizo la siguiente pregunta ¿ Peró si en la consagración viene Jesús, entonces el vino se convierte en sangre? Si el vino y el pan se convierten en el cuerpo y en la sangre de Jesús, pero no deja de tener apariencia de pan y de vino. Entonces muy pensativo me dijo ¿ Y por qué no? Y le expliqué, la eucaristía es un milagro por el que el vino y el pan se convirtieran en sangre y carne de Jesús pero no vemos la sangre. Si la vieramos tal vez eso haría que mucha gente creyera que allí está Jesús, porque lo ve, no por la fe, pero ¿Quién se acercaría a la Eucaristía? ¿ Quien querría comulgar? Si uno tuviera que beber la sangre y comer la carne eso nos daría repugnancia, como da repugnancia los actos de canivalismo, y Jesús no puede dar repugnancia y Jesús sólo quiere que nos acerquemos a El, que estemos con Él, que lo recibamos y acogamos, por eso está bajo forma de vino y pan, porque el pan y el vino es tan cotidiano que no nos asombra ni asusta, al contrario nos ayuda acercarnos sin miedos ni temores. Y el que no quiere creer, no por mucho ver la sangre va a creer más. Acaso las personas que vivieron en epoca de Jesús no vieron milagros mayores como resucitar a los muertos y acabaron crucificándole. Para creer en Jesús no es necesario los grandes milagros, es cuestión de dejarle entrar en nuestro corazón, y de querer buscarle y tratarle